Consecuencias del Éxodo Rural en Cantabria

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La "España Vaciada", así es como se denomina a la gran parte de nuestro territorio que se encuentra despoblado a causa del éxodo rural. La combinación de una baja natalidad, el progresivo envejecimiento de la población así como una reubicación del tejido industrial ha provocado que un importante número de personas hayan decidido trasladar su lugar de residencia a los grandes entornos urbanos.

Este problema no solo está afectando a nuestro país, y es que según cifras de la ONU mientras que en 2020 un 43,83% de la población mundial vivía en áreas rurales, este porcentaje se verá disminuido hasta aproximadamente el 30% en 2050. Como inciso, aquellos países con mayor nivel de desarrollo serán los principales perjudicados por este proceso migratorio.

En España, aunque la población ha aumentado en un 38% desde 1975, nos encontramos con un crecimiento desigual en el que las regiones más favorecidas han sido, entre otras, las Islas Baleares, Madrid o Barcelona. En el caso opuesto, las zonas a las que más ha afectado la despoblación entre 1996 y 2020 han sido Asturias, Castilla y León, y Extremadura -Cantabria les sigue de cerca-.

A este desigual crecimiento entre las distintas provincias y comunidades, también le debemos añadir el consecuente problema que supone la concentración masiva de población en ciertas ciudades. En el caso de Cantabria nos enfrentamos a una disminución general de la población (hacia el País Vasco, Madrid o Castilla y León especialmente), junto con un desplazamiento de la misma hacia los principales núcleos urbanos -Santander y Torrelavega-. El resultado es desalentador, y es que una gran parte de nuestro territorio se encuentra actualmente despoblado y sin grandes oportunidades de crecimiento.

¿Cuáles son las consecuencias de una progresiva despoblación rural en Cantabria?

Si seguimos con la misma tendencia, una progresiva despoblación rural en Cantabria podría llevar a nuestra región a sufrir una serie de inconvenientes muy importantes. Entre ellos podemos destacar los siguientes:

  • Pérdida de la calidad de vida en las zonas rurales: La disminución de población en las zonas rurales provoca, entre otros, problemas para mantener un correcto nivel de servicios básicos. La pérdida de potencial económico conlleva que no haya dinero suficiente como para poder invertirlo en sanidad, educación o comercio. Se inicia entonces un peligroso círculo vicioso en el que la pérdida de habitantes implica menores presupuestos para los Ayuntamientos, esto revierte en una menor capacidad para atender las necesidades básicas, originando que cada vez sean más las personas que deciden trasladar su residencia a los núcleos urbanos.

    La despoblación rural también lleva adheridas otra serie de dificultades como el abandono del patrimonio cultural, de los cultivos y la proliferación de incendios. La producción local también desaparece y los alimentos deben ser importados desde otras zonas, esto genera mayor contaminación por el transporte y el medio ambiente sufre los efectos de ello.
  • Sobrepoblación en ciudades: La concentración de habitantes en una misma ciudad puede llegar a generar macrociudades en las que los niveles de contaminación son mucho mayores, se dificulta el acceso a los servicios públicos y se ve reducida la calidad de vida. En Cantabria, las ciudades con mayor riesgo de sufrir este tipo de problemas son Santander -con un censo actual de 172.221 habitantes-, y Torrelavega -con 51.237 habitantes-.

    Evitar la creación de estas macrociudades y conseguir una distribución equitativa de la población a lo largo de todo el territorio es un deber necesario si queremos reducir nuestro impacto medioambiental. A su vez, la contaminación también afecta a la salud de los ciudadanos -según la OMS el 90% de la población que reside en ciudades está respirando un aire que no cumple con la calidad mínima recomendada-.

Como hemos visto, la despoblación rural no solo afecta a las zonas que se quedan abandonadas sino que también tiene consecuencias muy graves sobre las ciudades receptoras.

¿Cómo podemos solucionar la despoblación rural en Cantabria?

Desde CINBESA apostamos por una serie de medidas que, correctamente aplicadas, generarían un fortalecimiento económico de las zonas rurales y una distribución más equitativa de la población por todo el territorio de Cantabria:

  • Se debe potenciar la implantación de todo tipo de industrias en los entornos rurales -y no solo de aquellas relacionadas con el sector de la agricultura-. Se trata del mejor método para atraer talento y personal cualificado que permita relanzar la economía.
  • Apoyar la creación de infraestructuras que faciliten el transporte de ciudadanos, de mercancías y el acceso a la atención sanitaria y la educación. Con especial énfasis en la inversión en carreteras y vías ferroviarias.
  • Apostar por la digitalización en todos los ámbitos. Empezando por acercar internet a toda la superficie del territorio -lo cual permitiría a las personas que trabajan en remoto elegir un lugar de residencia más tranquilo y saludable- y siguiendo por telematizar las gestiones con las Administraciones Públicas para que puedan realizarse cómodamente a través de internet.
  • A nivel nacional y europeo también se deben promover programas de apoyo financiero para las zonas más rurales. Con ello se facilitará la atracción de nuevas empresas, la creación de empleo y el resurgimiento económico.

Si quieres conocer más información acerca de CINBESA y de las medidas que queremos impulsar para el crecimiento económico de la región de Cantabria, te invitamos a visitar nuestra web (www.cinbesa.com) y echarle un vistazo.

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